ORIGINALES Y REVISIONES


Alucinaciones y obsesiones musicales en

población psiquiátrica, a propósito de 20 casos

 


Rosa Gómez Esteban1

Juan Robles de la Puente2

 

Psiquiatra, doctora en Psiquiatría, Servicio de Salud Mental de Alcorcón, Hospital Universitario Fundación Alcorcón.

Correspondencia: rosagomezesteban@gmail.com

Psicólogo, doctor en Psicología, departamento de Psicobiología, Universidad Complutense de Madrid. Grado profesional de música

Correspondencia: jmupsico@hotmail.com

 


Nuestros agradecimientos especiales a Jose Luis Pedreira Masa ( Jefe de Servicio de Psiquiatría, Hospital del Niño Jesús, Madrid); Jose Antonio Portellano Pérez, (Doctor en Psicología, profesor titular del Departamento de Psicobiología, Universidad Complutense de Madrid) .y, a la Dra Flor Cabrera Santos, psiquiatra, Servicio de Salud Mental de Alcorcón, Hospital Universitario Fundación Alcorcón.


Asimismo a los doctores Enrique Fuertes, Marisol Roncero, Antonio Ceverino y Mº José Lobato por facilitarnos siete de los pacientes de la muestra.

 

 RESUMEN


Introducción: Las alucinaciones musicales son percepciones  musicales derivadas de tres etiologías: otológica, psiquiátrica y neurológica (por orden de frecuencia). Presentamos las alucinaciones y obsesiones musicales en 20 pacientes del Centro de Salud Mental de Alcorcón (Madrid).


Material y métodos: Evaluación psiquiátrica: diagnóstico, tratamiento y evaluación de las obsesiones o alucinaciones musicales, se aplicó un protocolo específico.


Resultados: En cuanto al género, 11 eran mujeres (55%), y 9 hombres (45%). El 50% fueron diagnosticados de cuadro psicótico y el otro 50% de cuadros neuróticos (40% del espectro obsesivo). Las obsesiones musicales se desencadenaron por la ingesta de un fármaco (1 caso), y por un problema neurológico (1 caso); en el resto de los cuadros neuróticos, un diagnóstico de trastorno límite de la personalidad y abuso/dependencia al alcohol. En los cuadros psicóticos, 6 eran mujeres y 4 hombres, mientras que en los cuadros neuróticos, la prevalencia de género era la misma. En el 25% las alucinaciones/obsesiones musicales, se asociaba a hipoacusia. Solamente en un caso se detectó disminución del cociente intelectual.


Conclusiones: No encontramos una clara distinción entre alucinaciones y “obsesiones musicales”. Utilizamos este último término en patología obsesiva. Aparece este tipo de alucinaciones en todas las formas de psicosis, siendo detectadas, de mayor a menor, en esquizofrenia paranoide, trastorno esquizoafectivo, patología delirante crónica y bipolar II; en la neurosis, está claramente sobrerrepresentada el espectro de la patología obsesiva (40%) La diferencia de género no representa una diferencia significativa (11/9 casos relación M/H). La edad media es de 52,61 años. Diferencia significativa, en la relación género/edad: en las mujeres la edad media es de 59,90 años y en los hombres de 43,66 años.


Palabras clave: Alucinaciones musicales, obsesiones musicales, imaginería musical, alucinaciones de liberación.


ABSTRACT

 

Introduction: Musical hallucinations are perceptions derived from three etiologies: otologic, psychiatric and neurological (in order of frequency). Musical hallucinations and obsessions in 20 patients of the Mental Health Center of Alcorcon (Madrid) is presented in this study.


Material and methods: Psychiatric evaluation: diagnosis, treatment and evaluation of musical obsessions or hallucinations. A specific protocol was applied.


Results: In terms of gender, 11 were female (55%) and 9 men (45%). 50% of the patients were diagnosed with psychotic disorder and the other 50% with neurotic pathology (40% of obsessive spectrum ). The musical obsessions were triggered by the ingestion of a drug (1 case), and by a neurological problem (1 case). In the rest of the neurotic pathology: Borderline Personality Disorder and abuse / dependence of alcohol. In psychotic disorders 6 were women and 4 were men, while gender prevalence was the same in the neurotic disorder. Hallucinations / musical obsessions were associated with hearing loss in 25% of the cases. Lowered IQ was detected in only one case.


Conclusions: We have not found a clear distinction between hallucinations and "musical obsessions". We use this term in obsessive pathology. Such hallucinations appears in all forms of psychosis, being detected, from high to low, in paranoid schizophrenia, schizoaffective disorder, chronic delusional and bipolar II. Spectrum of obsessive pathology is clearly over-represented in neurosis (40%). Gender difference is not a significant difference (11/9 cases, ratio M/H). The average age is 52.61 years. Significant difference in the relationship gender/age: women's average age is 59.90 years and men’s is 43.66.


Keywords: Musical hallucinations, musical obsessions, musical imagery, hallucinations release.


1.- INTRODUCCIÓN


El trabajo surge del deseo de investigar las alucinaciones musicales observadas en nuestra práctica clínica con población psiquiátrica, en el Centro de Salud Mental de Alcorcón, Comunidad de Madrid.


Las alucinaciones musicales son alucinaciones auditivas complejas, y se originan en ausencia de estímulo externo (Aziz) (1). En nuestro país, Luque (2), las define del siguiente modo: “audición de cantares ó melodías por el sujeto, sin la existencia de estimulación externa que justifique dicha percepción”. Las alucinaciones musicales, a diferencia de las verbales, son raras; la mayoría de los autores las consideran un fenómeno patológico, con mayor prevalencia en la vejez y, más en mujeres, probablemente porque tienen una vida más prolongada.


Es un fenómeno estudiado desde tres disciplinas: otología, neurología y psiquiatría. No existe una teoría aceptada sobre su valor diagnóstico, clasificación y mecanismos fisiopatológicos. Saba y Keshavan (3) señalan tres mecanismos: “irritación neuronal” (fenómeno excitatorio), “liberación perceptual” (fenómeno de liberación) y “recuerdos musicales parásitos”. Las alucinaciones musicales han de distinguirse de las epilepsias musicogénicas y de las auras musicales precedentes a ataques epilépticos (4).


Sacks (4) señala el frágil equilibrio entre activación e inhibición en la vejez, y de ahí su predisposición para padecer estos fenómenos alucinatorios. Griffiths, 2000, (5), con PET, observa durante las alucinaciones musicales activación de las redes nerviosas que se activan en la escucha de música normal.


A diferencia de las verbales, que se localizan en hemisferio izquierdo, Berrios, 1990, (6), plantea la localización de las musicales en el hemisferio derecho, aunque Paquier y cols.(7) y, Williams y cols. (8) no lo confirman. Izumi  y cols. (9) describen patrones diferentes en el flujo sanguíneo cerebral, lo que sugiere etiologías distintas. Brust (10) afirma que las enfermedades neurológicas pueden afectar a la función musical.


Respecto a la etiología, se diferencian en “orgánicas” y “funcionales”. Las “orgánicas” desencadenadas por deficiencias auditivas o experiencias sensoriales que distorsionan la audición, lesiones cerebrales o ingesta de drogas. Las de etiología auditiva se dan en patologías del sistema auditivo o desencadenadas por intervenciones quirúrgicas; asimismo por exposición a sonidos fuertes o periodos de silencio prolongado (4), (6), (7), (14), (8), (12), (13). Las debidas a lesiones cerebrales por patologías del lóbulo temporal derecho y en la postcirugía.


Para nuestro trabajo nos ha resultado de gran interés la clasificación de Stewart y cols. (11) y el trabajo de Luque (2); los primeros autores clasifican las alucinaciones musicales en tres grupos, según su etiología: neurológicas, psiquiátricas y otológicas (hipoacusia). El segundo, las clasifica en función de: forma de comienzo (brusca/ insidiosa); síntoma único ó acompañado de otro trastorno de la percepción ó patología psiquiátrica; juicio de realidad; origen (dentro/fuera de la cabeza); vivencia (agradable/desagradable/neutra); curso del fenómeno (continuo/fragmentado/con características similares a un disco rayado); familiaridad de lo escuchado; género musical; tipo (instrumental/vocal o ambos); localización (izquierda/derecha/bilateral), etc. A pesar de la diversidad, parece que la mayoría se basan en melodías familiares, que pueden tener un significado emocional para el sujeto (1).


2.- OBJETIVOS E HIPÓTESIS


2.1. Objetivos principales:


- Realizar un estudio de casos para conocer las alucinaciones y obsesiones musicales en nuestra práctica psiquiátrica.

- Valorar la asociación entre estos fenómenos musicales y el diagnóstico psicopatológico.

- Estimar la vinculación del fenómeno con la edad y el género.

- Conocer la relación entre estas percepciones musicales/diagnóstico psiquiátrico e hipoacusia.

- Investigar la certeza del fenómeno, conciencia de enfermedad, control voluntario/involuntario y el estrés como desencadenante.

- Describir las características principales: instauración, localización, significado emocional, canciones conocidas/desconocidas, intensidad, frecuencia, velocidad, duración y nivel de malestar.

- Valoración del tratamiento en la desaparición/mejoría de las percepciones.


2.2. Objetivos secundarios:


- Actualizar la bibliografía relativa al tema.

- Sistematizar los hallazgos encontrados, en relación a la bibliografía comunicada.

 

2.3. Hipótesis:


Las alucinaciones musicales en población psiquiátrica se presentan principalmente en cuadros relacionados con patología psicótica, pero se dan también en procesos que no son psicosis clínicas, cuadros dentro del espectro de la patología obsesiva, por lo cual las denominaremos “obsesiones musicales”.


3.- MATERIAL Y MÉTODOS

 

Método:


Clínico-descriptivo.


Se evalúa la totalidad de los pacientes del Centro de Salud Mental que presentaba esta sintomatología.


3.1. Selección muestral:


Reunión con el personal clínico-asistencial para explicar objetivo de investigación y derivación.


La muestra está formada por 20 sujetos, de los 7.000 nuevos casos atendidos (enero 2011 a diciembre 2012); 9, son hombres, y, 11, mujeres. Se realizó evaluación psiquiátrica y valoración de características de las percepciones musicales a través de protocolo específico (anexo 1).


3.2. Variables estudiadas:


Edad de los pacientes.

Diferencia de género.

Características clínicas de los pacientes.

Diagnóstico clínico.


3.3. Referencias bibliográficas


Revisión de todas las publicaciones de la base de datos “Pubmed” con la palabra clave “musical hallucinations”.

 

4.- RESULTADOS

 

En relación al tamaño de la muestra, nuestro trabajo con 20 pacientes, ocuparía el 8º lugar en la literatura científica. Los pacientes se han agrupado en función del diagnóstico psicopatológico.


4.1. Alucinaciones musicales en psicosis


Se realiza un resumen en las Tablas I y II.


Caso I


Mujer, 37 años, Trastorno Esquizoafectivo. Presenta alucinaciones musicales y verbales, delirios, y episodios afectivos de hipomanía y depresión. En tratamiento farmacológico actual con olanzapina, lamotrigina, clorimipramina y lorazepam. Escucha melodías en interior de su cabeza, inicio brusco, repetitivas. Canciones pop, comienzan después de escucharlas por la radio. Presenta este síntoma hace 11 años, ha disminuido en frecuencia e intensidad, pero se produce casi a diario. Duran alrededor de 20 minutos, desaparecen con música real ó el inicio de otra actividad, son melodías cantadas por el cantante ó su voz sin acompañamiento instrumental, volumen bajo, velocidad media, y en ocasiones, muy rápida. La música no la asocia con ningún momento de su vida, le generan fuerte sensación de desagrado, tristeza y miedo.

 

Caso II


Varón, 35 años, Esquizofrenia Paranoide y Retraso Mental leve. Padece alucinaciones musicales y verbales e ideación delirante. En tratamiento con risperidona, biperideno y pregabalina. Desde hace años, escucha canciones en el interior de su cabeza, grupos de pop-rock, inicio insidioso, a veces de forma brusca. Sin desencadenante o tras la escucha de música en la realidad, más con estrés. Le producen alegría, tristeza o temor, en función del contenido de la canción, son fragmentos de canciones durante 2 a 5 minutos, a cualquier hora del día, estribillos interpretados por el cantante, todos los instrumentos (guitarra, bajo y batería, etc.). Alto grado de realidad,  desaparece con la audición de música real, velocidad y volumen normal, son canciones de su adolescencia ó del momento actual,. tiene afición por la música, más por el rock.


Caso III


Varón, 31 años, Esquizofrenia Paranoide, alucinaciones musicales y verbales, ideación delirante y antecedentes de consumo de tóxicos, principalmente alcohol. En tratamiento con clozapina, amisulpride y colme. Desde hace 4 años, escucha música en el interior de su cabeza, persistente, sin desencadenante o tras su escucha en la realidad, de inicio brusco, canciones conocidas que le agradan. Estribillos ó las partes más representativas, es pop-rock español y latinoamericano, todo el día en forma de episodios largos, disminuyen con la música real ó con realización de actividades. La escucha con todos los componentes (cantante, batería, guitarra, bajo, etc), duran 15 minutos y cambian a otra. Velocidad y volumen normales, en ocasiones, letras nuevas sobre melodías existentes y canciones desconocidas. No las asocia con su vida, ni con emociones, le generan cansancio y aburrimiento.

 

Caso IV


Varón, 36 años, trastorno Esquizoafectivo, ideación delirante, alucinaciones musicales y verbales, y patología afectiva. En tratamiento con risperidona, venlafaxina y plenur. Las escucha en el interior de su cabeza, inicio brusco, se intensifican con el estrés y, no existe desencadenante. Son canciones de pop-rock conocidas, las escucha a cualquier hora y con mayor frecuencia si está obsesivo, casi el día entero, algunos días, unos minutos y paran con la actividad. Oye la voz del cantante e instrumentos, es amante de la música, las canciones “empatizan” con su ánimo. Si se siente triste tienen contenido melancólico y, si está alegre las canciones son más animadas.


Caso V


Varón, 59 años, Trastorno Delirante crónico que cursa con ideación de persecución muy estructurada, de perjuicio, de envenenamiento y difusión del pensamiento. Además de las alucinaciones musicales, presenta alucinaciones auditivas (principalmente pitidos), gustativas (mal sabor en la boca) y cenestésicas. Se le indicó tratamiento con risperidona. Refiere alucinaciones musicales que no pudieron ser bien evaluadas posteriormente. Escucha músicas y sonidos procedentes del espacio exterior, se acoplan al interior de su boca, produciendo “acoples” y sonidos; son de inicio brusco.

 

Caso VI


Mujer, 70 años, Trastorno Delirante Crónico. Presenta autoreferencialidad, ideación delirante de perjuicio y alucinaciones musicales que se instauran de forma brusca. Refiere que la vecina de arriba le pone música alta para hacerla daño. Con el tratamiento neuroléptico, quetiapina, ha disminuido la certeza delirante, pero persisten las alucinaciones, aunque con menor intensidad. Como en el paciente anterior, no pudieron valorarse las características de las alucinaciones por su negativa a colaborar.

 

 

Caso VII


Mujer, 63 años, Trastorno Esquizoafectivo, ideación delirante místico-religiosa y alucinaciones verbales y musicales, que han desaparecido con el tratamiento, aunque han reaparecido en alguna crisis. Está en tratamiento con quetiapina. La instauración era brusca, se producían en el espacio subjetivo, se iniciaron a los 30 y le duraron muchos años hasta que inició el tratamiento. Le gustaba escucharlas, al principio creía que era la radio o la televisión, luego se dio cuenta que éstas estaban apagadas. Posteriormente, refiere que si no las escuchaba,  encendía su radio imaginaria. Durante un tiempo pensó que era música real, ahora reconoce que no lo era; escucha música romántica y de pop, durante todo el día. Eran canciones completas con instrumentos y voz.


Caso VIII


Mujer, 60 años, Psicosis esquizofrénica. Refería que escuchaba cantares cuando abría los grifos de su casa. Había sido tratada hacía tres años en el Centro de Salud Mental. No hemos podido tener acceso a su historia clínica por lo que no conocemos datos sobre su evolución y tratamiento, ni sobre las características de sus percepciones musicales.

 

Caso IX


Mujer, 75 años, trastorno esquizofrénico e hipoacusia severa de los dos oidos, con exploración neurológica y analítica normal. Presenta alucinaciones musicales y verbales. Escucha los ruidos y cantos de los vecinos, música que su marido no escucha. Mejoría con haloperidol, aunque persisten las alucinaciones, pero han desaparecido por la noche. Amante de la música, cantaba en la infancia para ganarse el sustento. Son canciones conocidas en su infancia y adolescencia, no la generan angustia, le agradan; inicio brusco.


Caso X


Mujer, 48 años, Trastorno Bipolar II y rasgos obsesivos de personalidad. Escucha “cancioncillas”casi todo el día cuando se van a iniciar las fases de hipomanía, es la señal que le avisa de la recaída, inicio brusco, espacio interior. Se ha mejorado con el tratamiento con quetiapina.


4.2. Obsesiones musicales en neurosis


Caso XI


Varón, 31 años, Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Presenta múltiples compulsiones, rumiaciones, temor a las enfermedades y al contagio. En tratamiento farmacológico con clorimipramina y bajas dosis de ziprasidona. Escucha fragmentos musicales en interior de su cabeza, inicio insidioso, no puede influir sobre ellos, fragmentos repetitivos de bandas sonoras de películas y canciones de pop. Inicio a los 17 años, interferían en su vida cotidiana, han desaparecido en la actualidad. Intensa sensación de desagrado, preocupación, y angustia, más intensas en momentos de estrés y en exámenes. Duración entre 20 y 45 minutos, versiones instrumentales con voz, velocidad y volumen normal.

 

Caso XII


Varón, 39 años, Trastorno Obsesivo. Presenta alucinaciones musicales, intensa ansiedad, ánimo bajo e hipersensibilidad a los ruidos. En tratamiento con sertralina y bromacepam y olanzapina. Desde hace años oye música en el interior de su cabeza, grupos de pop-rock, varias veces al día, entre 3 y 10 minutos, cambios frecuentes, inicio brusco. Desencadenada por ruidos fuertes, trabaja en el turno matinal, escucha al cantante y todos los instrumentos del grupo (guitarra, batería, bajo, etc.) con alto grado de realismo. Amante de la música, estas percepciones le generan alegría.

 

Caso XIII


Varón, 80 años, Trastorno Obsesivo. Consulta hace 4 años por audición de cantares intensos en interior de la cabeza, le generan importante ansiedad. Presenta hipoacusia bilateral, leucoaraiosis incipiente y deterioro cognitivo multifactorial. En tratamiento con quetiapina, sertralina y clonazepam. Comienzo insidioso, sin desencadenante, los escucha a velocidad y volumen normal. Canciones conocidas, folclore, el estribillo  repetitivo, la voz del cantante, sin acompañamiento instrumental. Duran entre 1 y 2 minutos, en el día, desaparecen con actividad. Aficionado a la música, los cantares le molestan, actualmente han disminuido, los escucha muy suavemente, no por la noche, no le generan angustia, ni interfieren en su vida cotidiana.


Caso XIV


Mujer, 74 años, Trastorno Obsesivo grave. Presenta intensas crisis de ansiedad, dos ingresos hospitalarios. En tratamiento con sertralina, clonazepam y dosis bajas de quetiapina. Hipoacusia en ambos oídos y frecuentes acúfenos. Desde hace años, escucha canciones en el interior de su cabeza, inicio agudo, sin desencadenante o después de escuchar música en la realidad. Velocidad y volumen normal, canciones conocidas de música popular española, villancicos, ruidos y campanas. Estribillos de forma repetitiva en el día. Con la quetiapina han disminuido significativamente. Se crió con un tío que era clarinetista, las vivencia de forma desagradable, tristeza y temor.

 

Caso XV


Varón, 37 años, Trastorno depresivo con rasgos obsesivos de personalidad e insomnio crónico. En tratamiento con mirtazapina y stilnox. Escucha música en el espacio exterior, suele ser clásica y no siempre la conoce, son instrumentos sin voz, velocidad lenta, volumen suave, e inicio brusco. A diario, más por la noche, duración variable. Con desencadenante externo, que suele ser la escucha de otros sonidos, y desaparecen al distraerse. Le producen emociones placenteras si ocurren durante el día.

 

Caso XVI


Mujer, 85 años, Trastorno Depresivo-Ansioso y rasgos obsesivos de personalidad e hipoacusia, oído derecho. En tratamiento con sertralina , haloperidol, y loracepam. Tuvo intolerancia a la quetiapina. Escucha de canciones en oído izquierdo, desde hace 6 años, le duran todo el día, le producen agotamiento, de inicio insidioso. Son canciones de su época y de la actual, se encadenan; a veces, voluntariamente puede cambiar la canción. No la despiertan por la noche, y son de todo tipo de estilos; ha sido amante de la música.


Caso XVII


Mujer, 65 años, Trastorno Obsesivo, deterioro cognitivo leve y prescrito rivastigmina. Audición de canciones de diferentes géneros, española y moderna, sin la existencia de música real. Dentro de su cabeza, hace dos meses, inicio brusco, coincidiendo con la toma de dicha medicación. Apasionada de la música, cantaba en público; escucha la música con letra y todo tipo de instrumentos, durante horas, por el día y la noche, también durante la entrevista. Las alucinaciones desaparecieron al suspender la rivastigmina por efectos secundarios.

 

Caso XVIII


Mujer, 63 años, manía secundaria a patología vascular. Ha presentado dos breves episodios de manía, sintomatología previa de inhibición y ocurrencias delirantes, cuadro de confusión leve y amnesia posterior, como si fuera AIT. La paciente tiene marcados rasgos obsesivos de personalidad. Refiere que antes de sus dos breves ingresos sucesivos de tres días de duración, se sobresaltó a las 3 de la mañana, dos noches, y empezó a escuchar unas canciones. Estaba la televisión encendida, escuchaba una canción, creía que se dirigía a ella, pensó que era un programa de música, luego cayó en la cuenta que era un tarot. Se quedó perpleja, apagó la televisión y dejó de escuchar la canción, tres minutos después; era una canción pegadiza, “La Balondera”, que escucha a diario

en una novela. En el hospital, indicaron abilify, y al alta, en la primera entrevista de evaluación ya estaba asintomática, se evidenciaban los rasgos propios de su personalidad.


Caso XIX


Mujer de 19 años de edad, diagnosticada de Trastorno Límite de Personalidad, de la que no conocemos síntomas psicóticos hasta el momento actual. Refiere escucha de música vocal, en idioma desconocido que se presenta en el contexto de canciones que escucha en la realidad. Estas percepciones le ocurrieron en dos ocasiones simultáneamente con el solo de guitarra de canciones reales. Se trataba de cantos gregorianos y música religiosa e indicaba desconocer tanto la música como el lenguaje del cantante. En la segunda ocasión escuchando a “Queen” y el solo de guitarra, empezó a escuchar la voz de otra cantante que interpretaba cantos religiosos. Después de si único ingreso psiquiátrico no ha vuelto a presentarlas. Es amante de música indi y pop-rock, y cantante de un grupo "indi". Estas percepciones le producen intenso malestar.


Caso XX


Varón de 45 años con antecedentes de abuso y dependencia al alcohol desde la adolescencia. Refiere que después de aumentar la ingesta de alcohol, estando con la conciencia clara, empezó a escuchar música; eran coros de ángeles y voces de niños que procedían del espacio exterior. Esas percepciones le duraron 3 días. Refería que al principio pensaba que eran reales, y después se dio cuenta que la música era generada por su imaginación, atribuyéndolas al incremento del consumo de alcohol.

 

5.- DISCUSIÓN

 

5.1 Revisión y actualización bibliográfica


Las alucinaciones musicales “funcionales” se dan en trastornos psiquiátricos sin lesión anatomopatológica conocida. Aunque la causa psiquiátrica se ha señalado como la causa menos frecuente (6), los estudios no avalan estas afirmaciones. Se observan, sobre todo, en el trastorno obsesivo-compulsivo y en la esquizofrenia, Stewart y cols. (11). Evers (14), en 132 casos, describe 5 grupos, según etiología: hipoacusia, trastornos psiquiátricos, lesiones focales cerebrales, epilepsia, y síndromes relacionados con alcohol. Constata que la etiología psiquiátrica ocupa el segundo lugar. La prevalencia es mayor en mujeres (70%) y la edad media es de 61,5 años. En pacientes jóvenes, los desencadenantes más frecuente son las lesiones cerebrales.


Berrios (6), investiga 46 casos, 36 de la literatura, encontrando mayor prevalencia en mujeres; considera que la etiología más frecuente es la sordera seguida de la patología cerebral. Afirma que la psicosis y la personalidad tienen papel mínimo y que cuando son de causa neurológica es por patología del hemisferio derecho.


Hermesh y cols. (15) estudian 190 pacientes psiquiátricos diagnosticados de ansiedad, trastornos afectivos y esquizofrenia. Concluyen que las alucinaciones musicales son más frecuentes de lo que se relaciona y sugestivas principalmente de trastorno obsesivo. Las observan en el 20% del total de diagnósticos y en el 41% de patología obsesiva. Baba y Hamada (16), con Kocha (17) las estudian en 33 pacientes esquizofrénicos y afirman que es un síntoma evidente de esquizofrenia. Los autores señalan que con frecuencia pasan desapercibidas al generar menos ansiedad que las verbales. Las describen como pseudoalucinaciones, se producen en el espacio subjetivo y son originadas en las representaciones de la memoria.


Warner y Aziz (18) encuentran 30 casos en Gales. Es población anciana y padecen sordera. Se trata de himnos y canciones navideñas. En 2009, Aziz (1), investiga 19 casos, 5 en población  infantil. Pero afirma que estos fenómenos se observan también en personas “normales” y se comprenden en un continuo entre normalidad y psicopatología. Saba y Keshavan (3) las observan en 100 pacientes esquizofrénicos y también insisten en que pasan desapercibidas al estudiarse únicamente las verbales. Se dan en el 16% y las dividen en dos grupos: control volitivo: si/no; en el primer caso, sería "imaginería musical". La "falta de control voluntario” implica lo alucinatorio, en éstas el contenido es más religioso y no existe familiaridad con lo escuchado. Las imágenes musicales, sin embargo, están más ligadas a canciones conocidas y contenidos no religiosos.


Gordon (19), Wengel y cols. (20) y, Fenelon (21), las estudian en 7 casos, todos con hipoacusia, excepto uno. Gordon considera que las otológicas son predominantes y debidas a hiperactividad del oído. Para Wengel y cols. (20), sin embargo, predomina la etiología psiquiátrica (7 casos con patología psiquiátrica, 4 con depresión mayor 2 con esquizofrenia tardía y 1 con demencia multiinfarto), y otros seis casos que presentaban problemas de audición. Afirman que las psiquiátricas, a diferencia de las otológicas, responden a los tratamientos psiquiátricos. En el estudio de Fenelon (21), los 7 casos tenían patología auditiva y sólo uno padecía depresión, en éste desaparecieron las alucinaciones musicales con antidepresivos.


El resto de la literatura científica describe un caso, con menos frecuencia, dos o tres. Aizenberg (22), insiste en que edad, la pérdida auditiva y los factores psíquicos son importantes. Baurier y Tuca (23) diferencian causa otológica/neurológica. Mahendran (24) las estudia en tres casos con TOC. Se trata de pseudoalucinaciones intrusivas que se dan en el espacio subjetivo a diferencia de las “alucinaciones verdaderas” (espacio exterior), las denomina “obsesiones musicales”. Además describe dos características de estas: carácter compulsivo y preservación del juicio de realidad. Bleich-Cohen y cols (25) también las diferencian de las verbales, señalando que las musicales tienen un contenido psicótico y de carácter obsesivo, siendo repetitivas e intrusivas.


La instauración de las alucinaciones es otro criterio para diferenciarlas. En las cerebrales es brusco, se produce en personas más jóvenes, no suelen acompañarse de otro tipo de alucinación, y suelen desaparecer al remitir la patología subyacente (6). Las auditivas, por el contrario, son de instauración progresiva, aunque el trabajo señalado de Fenelon y cols (19), contradice estos resultados ya que la iniciación fue brusca. Pero, a diferencia de las neurológicas, sí se acompañan de otro tipo de alucinaciones visuales o verbales, como las asociadas al Síndrome de Charles- Bonnet (21), (26).


Las alucinaciones musicales se localizan, por la mayoría, en el interior de su cabeza, consisten en música familiar, con bajo grado de realismo, suelen ser vocales con acompañamiento instrumental, con mayor frecuencia tienen un contenido religioso y provocan sentimientos intensos de malestar. El curso es heterogéneo, con diferencias en cuanto a la duración del fenómeno, fluctuaciones en el tiempo y respuesta a la medicación. Algunas características son similares: molesto e irritante al principio, aparición repentina de los síntomas y presentación más fuerte en el silencio. Otras características comunes son la generación de angustia, mayor, si son más repetitivas y, su aceptación con la disminución de la angustia, tras un cierto periodo de alucinaciones musicales vívidas (21).


Respecto al diagnóstico diferencial entre alucinaciones/ obsesiones musicales, Saba y Keshavan (3) proponen que el criterio sea la falta de control voluntario. Zungu-Dirwayi y cols. (27), al igual que Mahendran (24), las denominan “obsesiones musicales”, los primeros, en dos pacientes diagnosticados de TOC. Estos autores definen las “obsesiones musicales” por la repetición interna e intrusiva de fragmentos musicales estereotipados y repetitivos, percibidos por el sujeto de forma menos vívida que las alucinaciones musicales. Sacks (4), en los

TOC, por su carácter repetitivo y rumiativo, las denomina “gusanos musicales”.


Rangell (28), presidente honorario de la Asociación Psicoanalítica Internacional, las vincula con experiencia y personalidad, y considera que la música refleja estados de ánimo. Por otro lado, en población infantil se han documentado pocos casos; en este colectivo, las características clínicas y el curso son similares a los adultos y se desconoce su etiología (4).


Respecto al tratamiento, las de causa auditiva mejoran o desaparecen al recuperar la audición normal o al usar audífonos (29), (30). Las psiquiátricas mejoran con los psicofármacos: antidepresivos: tricíclicos (clorimipramina eimipramina) y duales (mirtazapina); antiepilépticos (carbamazepina, lamotrigina y gabapentina) y neurolépticos (quetiapina y clorpromazina). Los mejores resultados se han observado con quetiapina, clorimipramina, y carbamacepina (4), (6), (8), (13), (31), (32), (38).


Aizenberg (34) y Matsui y cols. (35) observan mejoría con clorimipramina y no con neurolépticos, por lo que sugieren que son fenómenos diferentes a las alucinaciones verbales. Pero paradójicamente, estas percepciones también pueden ser desencadenadas por antidepresivos (33) y benzodiacepinas (36). El electroshock ha mostrado eficacia en la depresión grave asociada a alucinaciones musicales, siendo útil para ambas patologías (20), (37). La carbamacepina también es eficaz en las derivadas de lesiones cerebrales inespecíficas y en las alteraciones del lóbulo temporal (39), (40). Huntley y cols.(41) observan mejoría con lamotrigina y Holroyd y cols. (42) con gabapentina.


Los resultados con donepezilo no parecen consistentes (43). Ukai (44) afirma que es eficaz y sugiere la hipótesis de que la disfunción, dependiente de la edad de las neuronas colinérgicas, podría estar relacionada con el desarrollo de las

alucinaciones musicales. Otro fármacos desencadenantes investigados son los antiagregantes plaquetarios (45), betabloqueantes (propanolol) y algunos antibióticos.


5.2. Discusión

 

La diferenciación entre alucinaciones y obsesiones musicales no está clara, a pesar del interés de los criterios señalados en la literatura: juicio de la realidad: si/no (24), control voluntario: si/no (3), contenido musical: conocido/desconocido (18). En nuestra muestra, la mayoría no tenían un control voluntario, excepto el caso XVI que en ocasiones podía controlarlas. Proponemos que, de cara al diagnóstico diferencial, el criterio más adecuado sea la interpretación del fenómeno, por eso en la psicosis, las denominamos alucinaciones musicales y, en la neurosis obsesiva, obsesiones musicales, de acuerdo con Zungu-Dirwayi y cols. (27) y Mahendran (24).


La causa psiquiátrica se señala como la causa menos frecuente (6), aunque los estudios no avalan estas afirmaciones. Evers (14), constata que la etiología psiquiátrica ocupa el segundo lugar, en base a todos los casos publicados hasta 2004, 132 casos.


En nuestra muestra aparecen en los principales perfiles psicopatológicos que describe la literatura ya que 10 de los 20 pacientes son psicóticos y, 8 padecen neurosis obsesivas o patología del espectro obsesivo. Los otros dos casos padecen un trastorno límite de personalidad (XIX), y, en el último, la etiología es alcohólica (XX). Estos datos coinciden con los de Stewart y cols. (11), que las observan más en el trastorno obsesivo-compulsivo y en la esquizofrenia.


Las alucinaciones musicales en psicosis, de acuerdo con la literatura, están acompañadas de otro tipo de alucinaciones, principalmente auditivas. Asimismo, de ideación delirante, sobre todo, persecutoria. Por el contrario en la neurosis no se acompañan de otros trastornos perceptivos ni delirantes.


En uno de los 8 pacientes de patología del espectro obsesivo (XVII), el desencadenante había sido la toma de un fármaco (rivastigmina) y, en otro, una patología neurológica (XVIII).


El porcentaje de casos diagnosticados de psicosis es similar al de neurosis (40% en espectro obsesivo), dato que no coincide con Hermesh (15), que los observa más en patología obsesiva. Los 10 casos en psicosis presentan las diferentes organizaciones psicóticas: 4 en esquizofrenia paranoide; 3 en esquizoafectivo; 2 en patología delirante crónica y,1 en trastorno bipolar II.


En la literatura científica (14, 6), la prevalencia es mayor en mujeres. En el estudio de Evers, dicha prevalencia es del 70% y la edad media, de 61,5 años. En nuestra muestra, 9 eran hombres, el 45%, y, 11 mujeres, el 55%, una diferencia mucho menos significativa. En cuanto a la edad media, en nuestra muestra es de 52,60 años y está en función de los sexos, siendo mucho menor en los varones, 43,66 años, que en las mujeres, 59,90 años. Los hombres cercanos a los 40, y, las mujeres, a los 60 años. La edad media de las mujeres si es similar a la encontrada en trabajos de Evers.


Referente al diagnóstico y edad, en la psicosis, la edad media es un poco menor, 51.4 años, que en neurosis, 53.8 años. Respecto al diagnóstico y género, en la patología obsesiva la representación por sexos es similar, en la psicosis, un 40% de hombres y un 60% de mujeres.


Cinco casos presentan problemas auditivos siendo uno de ellos psicótico (IX). En tres (XIII, XIV y XVI) dado que la hipoacusia es bilateral, puede tratarse de alucinaciones de “liberación”. Por el contrario, el paciente XII tiene hipersensibilidad a los sonidos por lo que se trataría de alucinaciones de “irritación”. Uno de ellos tenía comorbilidad con retraso mental leve (II).



Respecto a la eficacia de los psicofármacos, la mayoría han mejorado con antidepresivos, neurolépticos, o la combinación de ambos. De acuerdo con Wengel y cols. (20), las psiquiátricas, a diferencia de las otológicas, suelen responder a los tratamientos psiquiátricos. Cuatro pacientes no presentan estos síntomas en el momento actual, (VII, XI, XIX y XX), el resto ha mejorado notablemente. En el paciente XVII, desaparecieron al retirar el fármaco que las había provocado. La quetiapina, ha mejorado notablemente a 5 pacientes, excepto un paciente que presentó intolerancia a la misma (XVI). En algunos casos vemos claramente la relación con situaciones estresantes y su desaparición al disminuir la tensión emocional (VII y XI).


De acuerdo con Rangell (28), estas percepciones musicales generan sentimientos y afectos en los pacientes, tanto positivos como negativos. Estos cantares, a la mitad, les provocan malestar y desagrado, sin embargo, a los demás no les produce emociones negativas. Estas vivencias se relacionan con el diagnóstico, ya que a los neuróticos, con más frecuencia, les generan emociones negativas y, a los psicóticos, más emociones positivas, aunque esta característica no puede ser generalizada. Coincidimos con Fenelon (21) en el hecho de que la generación de angustia es mayor si son más repetitivas disminuyendo dicha angustia con el paso del tiempo.


En la mayoría de los casos, el fenómeno se inicia de forma brusca, como las de causa cerebral, pero de acuerdo con Berrios (6), en estos casos son pacientes más jóvenes y no suelen acompañarse de otro tipo de alucinación, desapareciendo al remitir la patología subyacente. En la instauración se diferencian de las de causa ótica, ya que éstas suelen ser progresivas (6 y 19).


En cuanto a la procedencia del estímulo, nuestros resultados coinciden con los de Baba y Hamada (16) y con los resultados de ambos con Kocha (17), ya que la mayoría lo sitúan en el interior de su cabeza, en nuestra muestra un 60%.


La mayoría de los pacientes, perciben la música de forma muy real, excepto dos, que describen estas percepciones como más imaginadas que reales; alguno tiene dificultades para emitir un juicio subjetivo. Todos atribuyen un alto grado de estructuración al estímulo y escuchan los estribillos ó los fragmentos más representativos de forma repetitiva. Los dos pacientes que informan de menor grado de realidad son psicóticos, lo cual resulta paradójico, aunque puede ser explicado por la larga evolución de la enfermedad, la estabilización y los cursos de educación para la salud.


La mayoría tienen afición musical, basándose los cantares en música que escuchan actualmente, mientras que en los de edad avanzada es música escuchada en su juventud, coincidiendo con los resultados de Saba y Keshavan (3) y Aziz (1). El género predominante es el pop-rock, excepto en los de mayor edad, que es folclore español y villancicos.


La desaparición de los cantares, en la mayoría de los casos, se produce al iniciar otra actividad o al escuchar música real, coincidiendo con Sacks, (4). Son fenómenos persistentes que se presentan a lo largo del día, en distintos episodios, sin preferencia horaria y en algún caso también por la noche. Únicamente el paciente XXII los escucha solamente por la mañana, al exponerse a ruidos.


La duración se basa en el juicio subjetivo de los pacientes y parece que oscila desde segundos hasta tres cuartos de hora. Sólo dos refieren que pueden cambiar la música de una canción a otra, lo cual coincide con Sacks (4). La velocidad y el volumen parecen características constantes, siendo la velocidad normal y volumen medio en todos los casos excepto en dos, que refieren un volumen suave. Asimismo, alguno de ellos señala que la música escuchada tiene una velocidad rápida.


Referente a la instrumentación encontramos diferentes texturas musicales: la mitad escuchan al cantante con  acompañamiento instrumental y tres escuchan sólo la voz del cantante. Este hallazgo no es acorde con los resultados de Saba y Keshavan (3), en los cuales se trata de voces con acompañamiento instrumental y en ningún caso de melodías vocales solas. Uno de ellos, el paciente XI, escucha versiones instrumentales de melodías cantadas, produciéndose una modificación de las características tímbricas de las canciones, manteniéndose su esencia melódica.


6.- CONCLUSIONES

 

Las alucinaciones y obsesiones musicales son alucinaciones auditivas, han sido denominadas alucinaciones psicosensoriales por Baillarger y descritas como alucinaciones completas, resultado de la doble acción de la imaginación y de los órganos de los sentidos. Aunque la etiología psiquiátrica se ha señalado como la causa menos frecuente, la mayoría de los estudios no avalan estas afirmaciones.


Las alucinaciones musicales son un fenómeno poco frecuente y poco estudiado en la población psiquiátrica; nosotros hemos encontrado un 0.38 % de prevalencia sobre los dos años estudiados. En nuestra muestra, la hipoacusia estaba representada en un 25% de los pacientes.


Las alucinaciones musicales en población psiquiátrica se acompañan de trastornos de la memoria y del juicio así como de otro tipo de alucinaciones (auditivas, visuales y táctiles) y delirios. En las de causa ótica no hay delirios, aunque sí otro tipo de alucinaciones, que no se dan en las de causa neurológica.


Las percepciones musicales de etiología psiquiátrica, a diferencia de las óticas y neurológicas, pueden no tener insight, si el paciente padece una psicosis. Encontramos insight en los casos obsesivos y en las psicosis estabilizadas con conciencia de enfermedad.



Hemos denominado “alucinaciones musicales” a la percepción de fenómenos musicales percibidos en la psicosis, y “obsesiones musicales” a las que se dan en la neurosis obsesiva o en el marco del espectro obsesivo. Proponemos que el criterio fundamental para realizar el diagnóstico diferencial entre alucinaciones y obsesiones musicales sea la interpretación del fenómeno, ya que la falta de control voluntario la hemos encontrado en la mayoría de los pacientes estudiados.


Mientras que los diagnosticados dentro del espectro obsesivo refieren estos fenómenos musicales de manera espontánea y los interpretan como producto de su enfermedad; los pacientes psicóticos interpretan estas percepciones en función del nivel de conciencia de la enfermedad y del momento de su proceso evolutivo.


Referente al género, estos fenómenos musicales son algo más prevalentes en mujeres que en hombres, aunque no se obtiene una significación estadística; que sin embargo, si se encuentra respecto a la edad, los hombres de nuestra muestra son mucho más jóvenes, se incluyen en la década de los 40 y, las mujeres están cercanas a los 60 años.


Si nos centramos en el diagnóstico, no hay diferencias, las percepciones musicales surgen en una proporción similar tanto en la psicosis como en la neurosis. Aunque la observamos en todos los cuadros psicóticos, es más prevalente en la esquizofrenia paranoide que en los trastornos esquizoafectivos, y, en éstos más que en los trastornos delirantes crónicos, siendo la menor representación la del diagnóstico de trastorno bipolar II.


En la clínica neurótica, excepto dos pacientes, todos estaban dentro del espectro de la neurosis obsesiva, más o menos grave, uno de ellos sólo personalidad obsesiva; de los otros dos, uno estaba diagnosticados de trastorno límite de personalidad y, el otro, de abuso y dependencia al alcohol.


En cuanto a la ubicación de las alucinaciones musicales, en su mayoría las escuchaban en el interior de su cabeza, por lo que, según los clásicos, serían pseudoalucinaciones. Estas percepciones musicales, en la mayoría, son vocales con o sin instrumentos, y se inician de manera brusca, hecho que coincide con las de causa neurológica, a diferencia de las de patología ótica, cuya instauración suele ser progresiva. Algunos referían como desencadenante el estrés.


Respecto a las vivencias y sentimientos que provocan, las percepciones musicales generan emociones diferenciadas en relación al diagnóstico; salvo alguna excepción, suelen ser positivas en los pacientes psicóticos. Sin embargo, en los sujetos obsesivos producen más sentimientos y afectos negativos: angustia, desagrado, agobio y temores. El contenido de alegría o tristeza en algunos pacientes estaba en relación con el estado de ánimo. Los sentimientos se intensificaban si se incrementaba la duración y, sobre todo, si se producían tanto durante el día como en la noche.


Hemos constatado que los pacientes que presentaban estos síntomas, con frecuencia, eran amantes de la música. Las alucinaciones/obsesiones musicales que escuchaban solían ser canciones conocidas, incluso algunos las cantaban durante la infancia. Si estos “cantares”, como ellos los denominaban, eran canciones conocidas, los estribillos o fragmentos representativos tenían un alto grado de estructuración y realismo. En general referían un volumen y una velocidad media.


Por otro lado, también indicaban que las alucinaciones u obsesiones musicales desaparecían o se reducían con el inicio de otra actividad o con la escucha de música real; dato que permitiría desarrollar algunas técnicas psicológicas para su tratamiento.


En nuestra muestra todos los pacientes han mejorado de sus alucinaciones u obsesiones musicales con el tratamiento psicofarmacológico, y en el 20% de los casos, estos fenómenos musicales han remitido.


El tratamiento de elección en la patología obsesiva han sido los fármacos antidepresivos, combinados o no con neurolépticos; este último tratamiento es el de elección en los psicóticos. En los obsesivos se ha utilizado, sobre todo, el fármaco sertralina y la clorimipramina, en los cuadros más graves. La combinación de sertralina y quetiapina ha mostrado su eficacia en varios pacientes.


Dentro de los neurolépticos, se ha utilizado principalmente la quetiapina, aunque también han mostrado eficacia la olanzapina, la risperidona, la clozapina y el haloperidol. La quetiapina ha sido la medicación más utilizada en las personas de edad avanzada por sus menores efectos secundarios.


Terminamos señalando que las alucinaciones y las obsesiones musicales son un fenómeno poco frecuente en la clínica psiquiátrica; pero queremos insistir en que no encontramos estas percepciones musicales porque tampoco realizamos una búsqueda activa de las mismas en las evaluaciones que hacemos a nuestros pacientes psiquiátricos. Actitud bien diferente con nuestro hacer en la búsqueda de otro tipo de alucinaciones auditivas, lo que es también coherente ya que su estatuto es bien diferente a las que han sido objeto de nuestro estudio.


Finamente hemos elaborado un protocolo para una valoración más precisa de estos fenómenos musicales, que incluimos en el anexo después de la bibliografía.


7.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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8.- ANEXOS

 

8.1. Protocolo de alucinaciones/obsesiones musicales

 

1 - Las alucinaciones musicales aparecen en el contexto de “normalidad” o en el de un diagnóstico psiquiátrico, en el 2º caso, explicitar el mismo.


2 - Coexistencia con otro tipo de fenómenos alucinatorios, delirantes u obsesivos.


3 - Forma de comienzo: agudo/ insidioso. 


4 - Factores desencadenantes: internos/externos.


5 - Origen del estímulo: dentro/fuera de la cabeza.


6 - Vivencia e interpretación del fenómeno escuchado: impuesto/producto de la enfermedad/normalidad.


7 - Asociación del inicio y del contenido de la alucinación con 

algún momento de su vida.


8- Emociones relacionadas conla alucinación: perplejidad/indiferencia; angustia/tranquilidad; agrado/desagrado; alegría/tristeza; temor/serenidad; ira/calma.


9 - Desaparecen con alguna actividad: hablar, escuchar música, leer o uso de audífonos.


10 - Estilo de música conocimiento/desconocimiento de la canción o melodía.


11 - Conocimiento/desconocimiento de la canción ó melodía


12 - Características horarias: día/noche.


13 - Estimación subjetiva del tiempo


14 - Frecuencia con la que se producen.


15 - Velocidad: lenta/ media/ rápida.


16 - Volumen: suave/ medio/ fuerte.


17- Características tímbricas de lo escuchado: voces (una ó varias), instrumentos (uno ó varios) ó combinación.

 

Sexo.

Edad.

Diagnóstico.

Tratamiento psicofarmacológico.

Tabla 1. Características clínicas de las alucinaciones musicales en los pacientes psicóticos de la muestra.




Tabla 2. Características clínicas de las alucinaciones musicales en los pacientes neuróticos de la muestra.