II XORNADAS

AGSM-AEN

“AS DECLINACIÓNS DA LOUCURA”


Centro Cultural Marcos Valcárcel

Ourense, 18 de noviembre de 2016




Presentación


Eloína Núñez Masid

Xerente EOXI Ourense, Verín e O Barco de Valdeorras


Buenos días a tod@s asistentes y participantes, sed bienvenidos a Ourense esta pequeña ciudad de provincias gallega conocida como la Atenas Gallega derivado de su amor por el saber y por las letras, que espero vosotros contribuyáis con vuestro saber a enriquecer todavía más. Deseo y espero que disfrutéis aunque sea un poco de ella porque tiene mucho que ofrecer.


Tengo el honor de haber sido invitada a inaugurar estas II Xornadas de la AGSM-AEN dedicadas monográficamente a la locura y sus diferentes declinaciones, quiero agradecer al comité organizador y científico y al Presidente de la asociación, Moncho Area, con quien comparto mesa, la invitación y desearos una buena jornada de trabajo que redunde en un mejor hacer clínico y en una mejor asistencia a la población a la que cuidáis.


Mi relación con la psiquiatría más allá de haberla estudiado en la carrera está marcada por dos hechos relevantes, y aunque separados en el tiempo hacen un lazo para cruzarse años después. Nunca lo hubiera imaginado.


Os cuento la historia.


Hice mi rotatorio en psiquiatría en el antiguo Hospital de Toén siendo estudiante; lugar renombrado por haber sido fundando y dirigido durante muchos años por Cabaleiro, de cuyo empeño surgió el proyecto de hospital en el año 1959 después de otras opciones fracasadas como ser la leprosería del Norte de España.


Pues bien allí llegue siendo estudiante; mi encuentro con la locura no dejó de sorprenderme, de generarme preguntas.


Años más tarde el devenir de la vida me dio la opción de ser gerente del CHUOU y fue en ese momento en el que se produjo una situación particular, que fue el segundo acto de la primera escena que os conté: liderar el proceso de cierre promovido por los clínicos que allí trabajaban y que consideraron con razón que aquel proyecto inicial se había transformado en un lugar poco digno y que después de muchos años precisaba de un cambio que dignificara a los que allí vivían, de modo que lo hostelero y clínico le ubicara en el lugar que había ocupado en la historia de la clínica psiquiátrica y que le correspondía.


Pues bien, allí me encontraba yo parar hacerme cargo de un cierre muy protestado, muy complicado, con muchas aristas y lecturas pero a todas luces imprescindible.


Os he de confesar que fue un momento complicado, lleno de sinsabores y dificultades pero del que me siento profundamente orgullosa, tanto que creo y me atrevo a decir aquí en público que quizás haya sido el cambio más relevante de tipo asistencial realizado en Galicia en los últimos años en  relación a la mejora de la salud mental y que posiblemente precisará todavía de años para que su trascendencia y relevancia sea lo suficientemente reconocida.


Por otra parte, en mi experiencia gerencial supuso un reto y un aprendizaje del que no muchos gerentes pueden decir han realizado y que me hizo adquirir experiencia a marchas forzadas.


Fue básicamente un proyecto realizado y liderado por mujeres... y eso también me gustaría señalarlo pues creo que a la hora de la verdad y en donde las apuestas han de ser muy decididas, nosotras somos mucho más valientes jugando y apostamos fuerte.


El cierre de Toén concluyó un capítulo de la historia y abrió otro diferente; en un lugar amable, soleado, alegre y precioso en el que Ourense y el Miño están a sus pies... Las mejoras son indudables e indiscutibles... y de ese proyecto conjunto nació y perdura mi amistad con Alcira, con Yolanda, con Campos, con Chus y con otras muchas personas que estaban alrededor... que considero que aman su trabajo y de ahí su decisión y compromiso asistencial sin cuyo acto valiente todo esto no hubiera sido posible.


Ellos forman parte de un servicio de psiquiatría joven, dinámico, con ganas, que cuenta con numerosos miembros destacados y valiosos, muy premiados, y de reconocido prestigio que sé que quieren y deben mejorar todavía más la asistencia. Yo estoy para apoyar proyectos, para intentar desde el lugar que ocupo ahora seguir mejorando la atención a estos ciudadanos a los que atendéis, y que desde siempre han sido marginados y no siempre bien cuidados... por razones múltiples, algunas muy enraizadas en lo popular y difíciles de modificar.


Sé que compartís la filosofía asistencial de la atención comunitaria, que defendéis que hay que rebajar medicación y  hacer apuestas por la intervención en la comunidad, que defendéis que sus derechos sean atendidos y defendidos... y respetados, cosa que no siempre ocurre y que sois partidarios de menos “camas” y más recursos que favorezcan su integración y su vida en la sociedad de modo digno como merecen. Sé que estuvisteis ahí con vuestro apoyo en el momento del cierre cuando se os pidió colaboración para avalar que era un cambio inaplazable.


Me alegra que hayáis incluido en vuestra conferencia de clausura la voz de los diagnosticados a través de Paula Tomé que representa al colectivo Radio Prometea desde cuya radio hacen oír su voz y sus discrepancias... pues tendrán estoy segura mucho que decir y que criticar para mejorar.


Le he preguntado a Chus por el cartel... porque para mí era un tanto chocante; me ha explicado que ese nudo que intenta unir unas cuerdas desparejadas y que es una buena metáfora de la psicosis, tema que os convoca... que es el nudo con hay que inventar para que el psicótico zurza algo de su ser y le permita hacer lazo social, y así poderse unir un poco a los otros... y que eso es una tarea clínica pero también de la invención, la firma de cada sujeto. Bueno pues eso me ha parecido entender, y que algo de arte tiene...


Pues bien os dejo ya, que el trabajo que os convoca hoy haga lazo entre los que estáis aquí reunidos y que vuestro trabajo permita que otros también lo hagan para mejorar su situación en la vida, como también yo hice lazo con la psiquiatría a través de un acto que, como quiero recordar, forma parte de la historia de esta ciudad, de esta disciplina y de mi propia vida, de lo que me siento muy orgullosa.


Os deseo una buena jornada.


Gracias Apertura


Ramón Area Carracedo

Presidente AGSM-AEN


Bos días a todos. Desexo comezar agradecendo a asistencia dos inscritos, o traballo do comité organizador e a colaboración das institucións que xenerosamente deron apoio e medios.


A AGSM ten moito que ver con Ourense. Unha parte importante da directiva traballa aquí e hai moita historia ao redor de Cabaleiro, Lamas, Toén e, de xeito máis recente, Piñor. Unha certa orixinalidade caracterizou de sempre as iniciativas en saúde mental que xurdiron dende esta cidade e por iso non me sorprendeu o título. Intuín que na frase As declinacións da loucura se estaba a suxerir algo importante.


Ao primeiro lembreime das clases de latín e daquela recitación memorística que adormecía: liberta, liberta, libertam, libertae, libertae, liberta. O aburrimento máis sublime (e aprenderse as declinacións do latín pertencía a esa clase de fastío) ten un poder particular. Nalgúns intres, mentres só desexas entrar en modo papamoscas e que chegue rápido a hora do recreo, a un asoláganlle preguntas ben extrañas. En concreto, un venres pola tarde, nun mes de novembro, fai unha chea de anos e aquí, en Ourense, no instituto de As Lagoas, veume unha dúbida ao siso: Por que algunhas linguas teñen declinacións e outras non? Cal é o seu verdadeiro sentido, a razón última da súa existencia?


Escóitase ata a saciedade acerca da relevancia do método científico na comprensión da realidade, pero coido que, en xeral, se lle outorga pouca importancia á cuestión da diversidade lingü.stica. Houbo e hai unha chea de linguas que, máis aló do léxico, das expresións idiomáticas máis singulares ou das diferenzas gramaticais, posúen algunhas particularidades que semellan insertarse na súa estrutura  profunda ata conformar diferentes xeitos de captar o mundo. A declinación é unha destas cuestións tipolóxicas que revelan, ao través do estudo das línguas, a variedade de aproximacións á realidade. Así como conxugar é deixar claro no verbo o tempo (pasado, presente, futuro...), os intervintes (primeira, segunda ou terceira persoa, singular ou plural) ou o modo (indicativo, subxuntivo...); Declinar é facer explícito no sustantivo a función que cumple na oración. Non todas as línguas obrigan a esta marcaxe e non todas as línguas flexivas establecen os mesmos casos, esto é, as mesmas funcións para o nome.


O discurso dominante en saúde mental non declina a loucura. O seu texto ignora a complexidade e a necesidade de incorporar diferentes perspectivas ao sufrimento psíquico. Non obstante, a loucura, encanto nome, pode situarse de moitos xeitos na linguaxe. No latín, a súa declinación obrigaría a coñecer as formas para os seis casos posíbeis: loucura, loucura, loucuram, loucurae, loucurae, loucura.


A loucura nominativa implica que a loucura é o suxeito do verbo. Ou, de proceder á metáfora, cando constitúe de verdade o centro da atención, aquilo para o que se artella o sistema sanitario por riba doutras encomendas que a sociedade e o poder fanlle á psiquiatría.


Teríamos logo a locura en xenitivo, no caso de que exprese na frase unha marca de propiedade (cousas de tolos) e que debería levarnos a cavilar se existe unha radical diferenza entre a normalidade e a anormalidade.


Do caso dativo adoita dicirse que corresponde co complemento indirecto. Ou sexa, indica o destinatario da acción verbal (para os tolos). A loucura en dativo estaría a falar do que se dedica e do que se escatima na atención en saúde mental.


O acusativo, pola contra, correspóndese o obxecto directo (aos tolos). Trátase dunha relación non mediada entre o nome e o  verbo e tende a contemplar a terapéutica senón tamén dende a ética e os dereitos, que tamén poden ter os seus verbos, digo eu.


O ablativo é un complemento circunstancial (onde os tolos, cos tolos, cando os tolos). A loucura en ablativo daría conta dos distintos lugares asistencias, das diferenzas no xeito de entender o tempo, das eleccións dos outros fronte a loucura.


A loucura declina moito máis aló do latín. Noutras linguas existen casos distintos, como o abesivo (a ausencia de algo), o adesivo (localización adxacente), o comitativo (en compaña de alguén), o elativo (fóra de algo), o traslativo (o cambio dunha condición notra nova).


Saber declinar non é recitar palabras en latín. Coido que é recoñecer a complexidade das persoas e do mundo, admitir que existen miradas e saberes diferentes mesmo inscritas na tipoloxía das línguas.


E aprender a exclamar, de cando en vez, ¡o tempora, o mores!1













   


1 oh tempos!, oh costumes!